Cascadas de Sueva

Si algo amamos los dueños de perros, son esas caminatas donde nuestros pelud@s pueden ser simplemente... ¡perros! Soltarse, correr libres y jugar sin las restricciones de la ciudad. Cerca de Bogotá hay zonas perfectas para esto: Zipacón, Sasaima, Choachí y, en nuestro caso, las Cascadas de Sueva.

Para nosotros, el factor agua es clave en estos planes. La conexión entre perros, personas y un cuerpo de agua es casi mágica. El agua nos da paz, perspectiva y a nuestros peludos les permite sentir la vida, mojarse y jugar como cachorros.

Cascadas de Sueva: La Aventura Completa

Este destino lo tiene todo, especialmente si buscas un plan para desconectarte con tu pelud@:

• Autonomía: Puedes hacerlo de forma independiente, sin necesidad de contratar un guía (aunque hay servicios disponibles).

• La Ruta Escénica: Aunque el tiempo de transporte es de cerca de 2 horas desde Bogotá, el camino que pasa por el Páramo de Guasca vale totalmente la pena por el paisaje.

• Nivel de Dificultad: Es un camino de dificultad media. Advertencia: el alto número de piedras, ascensos y descensos puede generar un alto desgaste para las rodillas, ¡así que ve preparado!

• Comida: Hay excelentes lugares para comer en el camino.

• El Clima: Si ha llovido en los días previos, el espectáculo de las cascadas está garantizado.

Nosotros elegimos la vía por La Calera para llegar a Sueva. Fue un acierto, pues nos regaló vistas increíbles del Páramo de Guasca, un ecosistema lleno de vida similar al Parque Nacional Natural Chingaza.

El Sendero y el Guardián de Nemustén

Al llegar a la entrada de la cascada de Sueva (conocida también como Nemustén), dejas el vehículo y empiezas una caminata de unos 15 minutos por un ambiente lleno de naturaleza.

El primer punto de interés es una pequeña hidroeléctrica que te da una idea del esplendor del río. Desde allí, comienza un ascenso que exige buen agarre y fortaleza.

En este punto, nosotros dejamos a Beka en total libertad. Sin embargo, si tu perro tiene el instinto de corretear vacas o caballos, es mejor que lo lleves con correa, ya que hay animales de campesinos pastando cerca al camino.

Si tienes suerte, te encontrarás con un perrito blanco y noble (nosotros le pusimos "Coqueto") que actúa como el guía perfecto hasta la cascada principal.

La entrada definitiva está custodiada por un guardabosques que les cobrará 7.000 pesos por persona para pasar que parece poco cuando el premio es la imponente Cascada de Nemustén, con 50 metros de altura. Incluso viéndola al 30% de su capacidad (según el guardabosques así estaba ese día), la nube de rocío y el sonido del agua crean un espectáculo impresionante.

Puedes sentarte a disfrutar de la paz y la perspectiva que te regala el escenario. Si te quieres acercar, nuestra recomendación es llevar zapatos impermeables o estar dispuesto a dejarlos totalmente embarrados. ¡Es el lugar perfecto para que un Labrador o Beka lleguen a casa hechos un desastre de felicidad!